Acusa, la constitución
Acusa, la constitución
El poder acusa y carga,
el poder de orden acusa, aun
sin cargo claro, puede.
Los tenientes del padrino, de brotes tenientes, alarman.
Al saber según la altura, que carga de electricidad hace jaque mate,
en minuto y medio, después de la muerte, vida que exclama:
¡Es de sentido creer al cuarto de luna de la cabeza!
En el alcantarillado cerrado con luminoso aparento al aire libre,
como en la telaraña, padrino quiere orden en la filas de camelias.
Renacuajos en tromba suelta entre conductos troncales sin trombos,
para los tenientes del padrino del entramado, la constitución en
la mano.
Dar sangre, recibir sangre porque todos tenemos sangre, vaho
químico,
lanzadera entre célula y célula, cuarto de luna en
menguante o crecida,
en las llenas, el perro es dueño, dueño es el perro como
adueño-perro,
así, los renacuajos que gustan el pan con pasas y nueces, se
marchitan,
miedo del trombo al cuello, cuarto de luna de mente al corazón
apocado.
Eres lo que eres, habitante que algo más es porque es caminante.
En los conductos de corrientes que orientan la aguja hacia la
ronda,
redondo turbión de baile de la tormenta en tromba de sentimientos,
corazón prudente que se anquilosa,
inquieto por el sin y con sentido,
piensa en el por qué
la constitución de la telaraña,
hecha a mano,
sentenciador sin cargo definido,
de la misma que la mano escribió,
ley de entrelineas,
constitución en libro de papel,
del instante presente,
tiempo que pasó,
que pasa después de la lectura,
aplica y acusa,
acto reprobable sin prueba formal,
a la llaga del amor que surge sin dueño,
y no sabe porque ama la paz,
y quiere vivir mañana.
Los tenientes de brotes verdes,
lacayos arrepentidos, cosmo-astronautas de trama,
cobardes a medias entre
ciber-ataque-espía
a quienes acompañan un resultón
resucito,
cucaracha lambda entre la I
de susto de rostro,
La A de alegría facial, tuareg de amor y orden,
donde el padrino del alcantarillado con mina luminosa,
mima el son andantino de la miná miniando baja prosa.
Jineta al agua,
que no sólo de pan y agua,
vive el amor.
Abdoulaye Bilal Traoré -Andantino de renacuajos-
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